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domingo, 24 de marzo de 2024

La Torre de la Calahorra (Elche)

Elche es conocida por muchos motivos, pero lo que más nos atrajo a la ciudad de las palmeras fue un libro que cayó en nuestras manos de Verónica Cano y Santi García. Se trata del libro "Elche: leyenda, misterio y tradición", donde encontraréis numerosas leyendas, lugares misteriosos y sucesos dramáticos de la ciudad.

Nosotros os vamos a hablar del lugar que más nos llamó la atención, ya no por su leyenda si no por las sensaciones que nos dejó uno de sus rincones.

Torre de la Calahorra 

Se trata de la torre de la Calahorra, un edificio islámico construído a finales del siglo XII o principios de XIII, donde existe la leyenda del pirata Ben Tragel. Éste personaje era temido por la zona, ya que venía de saquear con su flota otras ciudades, pero en Elche terminaría su aventura. Y es que después de apoderarse de la ciudad, le gustaba quedarse tras sus tropas viendo cómo aquellos lo arrasaban todo, pero de pronto ya a las afueras de Elche y mientras atravesaba un palmeral, le pareció ver a una mujer de la que quedó prendado por su belleza. Cada vez que Ben Tragel intentaba acercarse, la mujer se esfumaba y aparecia más lejos. Él la seguía como hechizado, la llamaba pero no le hacía caso y sin darse cuenta lo acercaba cada vez más de nuevo a la ciudad. A las muchas horas de perseguirla, Ben Tragel cayó cansado y se durmió. Fue despertado al día siguiente por las tropas de Elche y se lo llevaron preso a la torre de la Calahorra. El pirata estaba depresivo y moralmente hundido, hasta que una noche entró un rayo de luz por la ventana. La luz venía de la luna y le proporcionaba paz y alegría. El pirata veía como se formaba una sombra que le recordaba a esa muchacha de la que se había enamorado. Esto sucedería todas las noches hasta el día de su muerte, y era tanto el poder de ese rayo de luna que el carácter del pirata fue volviéndose más amable y poco a poco fue diciendo los lugares donde escondía sus tesoros y sus prisioneros, incluso se unió al cristianismo. Al final, Ben Tragel fue ejecutado en la plaza mediante el método de la horca. Dicen que en el último instante de su vida, volvió a ver a esa bella mujer que lo llevó a ser capturado y que veía cada noche. Se cuenta que esa mujer era ni más ni menos que la Virgen de la Asunción. 

Esto es solo un resumen de la historia, pero en el libro nos cuentan más detalles, incluso que existen dos versiones distintas.

Escaleras que van a las diferentes salas

La torre de la Calahorra no sólo tiene esta leyenda, si no que tuvo en su día una sala para la Masonería en la cual se pueden observar símbolos masónicos. Lo que más nos llamó la atención fue que bajo de cada ventana habia un símbolo diferente, como un triángulo, estrellas, etc.

Bajo la torre de la Calahorra existían unos túneles, uno de ellos servía para huir en caso de que las reuniones clandestinas fueran descubiertas. Se dice que esos túneles son testigos de la desaparición de La virgen el 19 de febrero de 1936, ya que los utilizaron para huir con la imagen para que no la destruyeran en la Guerra civil. Incluso se dice que todavía está bajo en los túneles que después fueron cerrados. También los hay que han perdido la esperanza y piensan que nunca aparecerá porque se quemó durante un incendio provocado en ese fatídico día.

La sala de la Masoneria


No es de extrañar que en la torre ocurran cosas extrañas. Sus paredes están impregnadas de muchas historias de todo tipo. Sus muros han visto de todo y esto que os hemos contado es una minúscula parte de lo que allí pudo suceder.

Una de sus salas.

Nuestra experiencia fue grata, nos lo había recomendado Verónica Cano pero no nos esperábamos ver esas salas tan bonitas con temáticas diferentes. Pero lo que más llamó la atención a uno de nosotros es que cada sala daba una sensación diferente. No queremos decir con eso que la torre este encantada pero simplemente os contamos nuestra experiencia. Todo transcurría con normalidad con una música de fondo que te envolvía más en su ambiente. Pero una vez empezamos a visitar habitaciones llegamos a una que nos puso los pelos de punta. La habitación no tenía nada fuera de lo normal, solo un par de pinturas y una curiosa chimenea de mármol, pero una sensación nos decía que no estuvieramos mucho rato allí. Uno de nosotros hizo el esfuerzo de quedarse solo, aprovechando que eramos los únicos visitantes del lugar. No sucedió nada fuera de lo normal aparte de estar incómodo entre esas cuatro paredes. Era un lugar idóneo para hacer una psicofonía de esas de las que estás seguro que algo vas a captar (unque la mayoría de veces no grabas nada), pero la música que tenían de fondo nos impedía sacar nada en claro. 

La habitacion que nos daba mal augurio.

Nos fuimos de la Torre con la sensación de irnos empapados de distintas energías por todas las historias que guardan sus habitaciones. La torre de la Calahorra es una visita 100% recomendable. Te atreves a pasar una noche en ella? 

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