lunes, 19 de julio de 2021

El barbero asesino de Valencia

La conocida historia de la película de Sweeney Tood, dirigida por Tim Burton, e interpretada por Johnny Deep y Helena Bonham Carter, trata de un barbero que asesinó  en el siglo XIX a muchos de sus clientes. Este barbero proveía con los cadáveres a una pastelera que elaboraba sus pasteles de carne con ellos, y así, no quedaba ni rastro de sus asesinatos y a la pastelera le salía gratis la materia prima: negocio redondo. En Inglaterra hablan de este hecho como una historia real, pero la verdad es que no hay documentos reales de lo sucedido. Pero en Valencia sí hay un caso muy parecido y éste si está documentado, haciéndolo más curioso.

Portada de la pelicula Sweeney Todd.

Hay un dietario del cronista Pau Carsí y Gil en el que se cuenta lo siguiente: "En la calle de Cerrajeros, entrando por la de San Vicente a la derecha sobre la mitad de la calle, hay como un corral que tiene puerta a la calle. Entrando por allí se sale a una taberna que hay en la de la Pellería, que todo forma una casa. Encima de esta puerta del corral hay tres cabezas de hombre, de piedra, de las que se cuenta que en otros tiempos había una barbería y que a los que entraban a afeitarse los mataban y robaban. Otros añaden que en la otra casa, había una pastelería y metían en los pasteles parte de la carne humana de los que mataban. Esto fue un hecho verdadero."

Los sucesos ocurrirían en el siglo XIX, hoy en día en la calle Cerrajeros (carrer dels Manyans) no existe la casa con las 3 cabezas de piedra, ni la pastelería para probar sus exquisitos pasteles de carne (una lástima, verdad?), pues la zona ha cambiado con el paso del tiempo. Lo más sorprendente de ese manuscrito es que recalca bien que se trata de un hecho verídico. Podría ser que de alguna forma, ésta noticia fuera de boca en boca desde Valencia a Londres y ellos se la apropiaran para convertirla en una leyenda inglesa?.

viernes, 2 de julio de 2021

La casa de los duendes de Madrid.

Leyéndome el libro "Guía de la España misteriosa" de Pedro Amoros, hubo un caso que me resultó gracioso y al ser algo diferente a lo que estamos acostumbrados, pensé que no podía estar sin coger polvo en nuestro trastero maldito.

Imagínate que estás apostando en una partida de poker y de repente alguien hace trampas y  salta una fuerte discusión. Y que en medio del debate, aparece de la nada un enano barbudo muy enfadado que os manda callar y se va por donde ha venido. Los participantes os quedáis sin habla al ver al raro personaje desconocido. Entre vosotros habláis para averiguar por donde ha entrado pero no encontrais explicación y volvéis a la discusión de la partida. Mientras seguís discutiendo, una vez más sois interrumpidos pero esta vez por un grupo de enanos que entran en la habitación armados con palos, y  empiezan a pegaros recriminando por qué no podéis estar callados. Las personas que habíais alquilado la casa para la timba de poker tenéis que salir despavoridos de la casa por la tremenda paliza que habéis recibido. 
Si, es muy surrealista pero así fue como se dió a conocer la ya desaparecida casa de los duendes de Madrid a principios del siglo XVIII.

Ilustracion de la casa de los duendes.

Al tiempo la marquesa de Hormaza compró la casa que ya era conocida por el curioso caso de los enanos. No tardaría mucho en abandonar la casa, ya que en la misma mudanza la marquesa envió al mayordomo a comprar unas cortinas de un tamaño y color en concreto, y al rato de irse el mayordomo, apareció un enano con la tela del color y medida que ella misma solicitó. La marquesa, del susto se desmayó, y al despertar, las cortinas ya estaban colgadas. Con el susto en el cuerpo no dudó en llamar a su confesor. Sus sirvientes aún no habían llegado al convento cuando a la marquesa mientras les esperaba en su nueva casa, le visitó otro enano con el monje que había solicitado. La marquesa salió corriendo como alma que lleva el diablo y no volvió a pisar la conocida "casa de los duendes".


Pero ahí no terminó todo. A los años el canónigo Melchor de Avellaneda fue el siguiente inquilino sin creerse las habladurías de la gente. A los pocos días de estar viviendo en ella, el canónigo mientras escribía una carta al obispo pidiéndole un libro, le apareció un enano por la puerta de la habitación con el ejemplar que acababa de escribir en la carta. Con el susto no tardó en abandonar la casa.

A los años el vecindario pidió a la iglesia exorcizar la casa por el miedo que les daba el lugar. La Inquisición, aceptó la petición y a los días se personaron en la vivienda dispuestos a exorcizar y asaltar la casa. Después de mojar la fachada con agua bendita, los vecinos armados con picos, palos, látigos y demás, esperaban la orden del Santo Oficio para comenzar el asalto. La idea era atrapar a los duendes para descuartizarlos y quemar sus restos. Al entrar se encontraron con algún que otro maleante y gente sin hogar que se refugiaban en la casa, que con el susto que le dieron los vecinos destrozando la casa salieron corriendo, pero no encontraron ni rastro de duendes. La casa volvió a quedar abandonada hasta que en mitad del siglo XIX fue  derribada. Se llegó a decir que los enanos aparecían de alguna trampilla que daba a algún sótano escondido de la casa, donde tenían algún tipo de taller clandestino, y al ser derribada se quedaron en el lugar enterrados. Otra gente dice que nunca se demostró nada. 

Si quieres ir en busca de enanos o duendes (como los quieras llamar), solo tienes que ir entre la calle Duque de Liria, Mártires de Alcalá y la plaza del Seminario de Nobles, por allí se encontraba la casa que en su época dio tanto que hablar.