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lunes, 10 de julio de 2023

Masegoso (Soria) el pueblo envenenado.

En nuestra visita a la provincia de Soria nos dedicamos a visitar sobretodo el sur, donde descubrimos algunos lugares llenos de misterios. Aquello está lleno de pueblos abandonados o apenas habitados. Por ejemplo, en el pueblo donde nos alojamos apenas vimos 4 personas en los 5 días que estuvimos allí. Pero no sólo en los pueblos abandonados están los misterios, pues en pueblos con más vida también existen leyendas espeluznantes. 

Como es muy largo de contar todo el viaje en una sola entrada, ésta  vez se la dedicaremos solamente al poblado abandonado de Masegoso, un lugar que al llegar te recordará al famoso Ochate por su torre, que se deja ver desde lejos.

Panorámica de Masegoso.

Antiguamente según el censo, Masegoso constaba solo de 6 unidades familiares, y en 1842 el pueblo dejó de existir.
Pero lo que nos atrajo a este lugar deshabitado, es su leyenda misteriosa que no deja indiferente a nadie.

Restos de una de las casas.

La leyenda cuenta que el pueblo constaba principalmente de dos familias que estaban enfrentadas entre sí, la de Julián Álvarez (un rico ganadero) y la de Andrés Orozco (que poseía uno de los mejores graneros del país). 
Su odio venía de hace muchos años, cuando sus abuelos tuvieron un pleito por ver quién se quedaba en propiedad el torreón. El odio era tal, que el padre de Andrés le pidió en su lecho de muerte a su hijo que jamás se reconciliara con la familia de su gran enemigo, y le advirtió:  «Si lo incumples, desde el sepulcro vendré a castigar, al perjuro». 
Pero al paso de los años la hija de Andrés, una muchacha llamada Adela, y el hijo de Julián, un tal Manuel, se gustaron y empezaron a quedar a escondidas. Se querían mucho pero no se podían casar tras la larga batalla entre sus familias, así que hablaron con el párroco para que reconciliara a sus familias y los convenciera para que les dejasen casarse. 
El párroco consiguió convencerlos (aunque la boda nunca se llegó a celebrar por los hechos que sucedieron después).
A los pocos días, llegó Lázaro, un sargento que era nieto de la vieja bruja del pueblo llamada Avedicula. Lázaro, conoció a Adela y se enamoró, pero al saber que estaba apunto de casarse con Manuel, el sargento se puso muy celoso y pidió ayuda a su abuela para suspender la boda. Avedicula era bien sabedora de lo que dijo el padre de Andrés en su lecho de muerte, y le propuso a su nieto hacerse pasar por el fantasma del padre de su rival para que éste se arrepintiera  de celebrar el enlace.
Lázaro se dedicó a hacer ruidos de cadenas y pegar golpes por el torreón, simulando que era el padre de Andrés y asustando así a los vecinos del lugar. Pero una noche, éste fue sorprendido por el futuro esposo de Adela, y Lázaro aprovechó la ocasión para matarlo.
Los vecinos se enteraron de lo ocurrido y fueron a por Lázaro para que no saliera impune. Una vez se lo llevaron detenido en casa de su abuela, por el camino pidió beber de la fuente del pueblo, y aprovechó el momento para meter unos sapos venenosos que la bruja de su abuela le proporcionó, envenenando a todos los vecinos y ejecutando así su venganza.
Llegaron noticias a las aldeas cercanas de Masegoso de que algo terrible estaba ocurriendo. Al acercarse, los vecinos vieron una estampa espeluznante. Todo sus vecinos, al haber bebido de la fuente estaban muertos o agonizando por todos los rincones de Masegoso, quedando el pueblo abandonado para siempre.

Ésta historia está recogida en la novela de Manuel Ibo Alfaro "El fantasma de Masegoso: trágica leyenda de una aldea soriana". 

Torre por la que discuten las dos familias de la leyenda.

Éste pueblo no sólo tiene su leyenda, también salió en el programa de television Cuarto Milenio, el capítulo del 21 de febrero del 2010, donde contaron lo que le ocurrió a un cazador. Éste, después de un día de caza, decidió pasar la noche en su tienda de campaña en la zona de Masegoso, y mientras estaba durmiendo le despertó una charla entre unas seis personas. Cuando salió de la tienda para ver quién andaba por allí, descubrió que no había nadie, solo el silencio. El equipo de Cuarto milenio hizo noche allí y descubrieron algún hueso humano por la zona de las tumbas que han sido profanadas.

La famosa fuente donde Lázaro tiro los sapos.

Algunos otros grupos de investigación paranormal han obtenido algunas psicofonías, incluso algún vídeo con una sombra extraña que seguramente tendría su explicación. 

Iglesia de Masegoso.

Atraídos por su historia, fuimos la familia de "El trastero maldito" a visitar el lugar. Conduciendo entre campos sorianos, se podía ver la torre desde lejos, y un puente romano nos daba la bienvenida a Masegoso. Una vez allí vimos que había una casa con paneles solares (por lo visto alguien tiene su casa de fin de semana allí), pero eso no nos impidió disfrutar del lugar. El silencio era destacable, pero en nuestra visita lo rompía nuestro hijo con sus risas, que disfrutaba corriendo por los hierbajos. El torreón (se veía restaurado),no tenía puerta así que no pudimos entrar. De las casas sólo quedaban 4 muros, pero se puede apreciar la forma que tenían las viviendas e imaginar cómo serían sus escasas calles cuando el pueblo tenía vida. La fuente de la leyenda seguía en pie, detrás del torreón, resistiendo desde épocas inmemoriables (seguramente también fue restaurada). 

Interior de la iglesia.

No muy de lejos  apreciamos una pequeña iglesia, y nos acercamos como buenos curiosos, pero en medio del camino nos encontramos con una cabra muerta descomponiéndose. Eso no podía significar nada bueno (al menos eso hemos aprendido de las películas de terror). De aquí no pasamos los tres, y es que no quiso pasar Irene con nuestro hijo ante el fuerte olor del animal pudriéndose. Ellos se quedaron buscando piedrecitas para entretener al enano, y yo armado de valor me tapé la nariz y eché a andar hacia la iglesia. Al llegar a la puerta, mi sorpresa fue que estaba abierta. Lancé una piedra cautelosamente por si saliera algún animal, pero no salió nada. Al entrar, con mucho cuidado porque medio techo estaba en el suelo, vi que no quedaba nada en su interior, pero se veía la forma que tendría en su momento. El silencio sepulcral me decía que me fuera de la iglesia. Estaba yo solo y no se escuchaba ni a mi hijo que estaba jugando algo lejos, así que aproveché para realizar una psicofonía. Para ser sinceros, el mayor temor que sentía era que en cualquier momento saliera algún jabalí o algún animal que se sintiera amenazado y se quisiera defender. 

El animal muerto podría significar un mal presagio?

Una vez en casa, analizamos la psicofonía pero no obtuvimos nada fuera de lo normal. Nos llevamos una grata experiencia paseando por un pueblo totalmente abandonado con una leyenda que merecía estar en nuestro blog.