El relato que os contamos en esta entrada le sucedió a una persona muy cercana a nosotros. Nos ha dado permiso para contarlo y le llamaremos María, aunque su nombre sea otro. Esta persona nos jura que es algo que le sucedió realmente, os lo podéis creer o no pero la confianza que tenemos en ella nos hace creer que si le sucedieron cosas ya sean explicables o no, por nuestra parte cuenta con todo el respeto.
Todo empezó cuando tenía 12 años, sobre el año 2000 aproximadamente, para que os hagáis una idea. María, como muchos otros niños había oído hablar del juego de la Ouija y por curiosidad una tarde que se quedó sola en casa con dos amigas decidieron probar el juego. Encendieron las velas sobre la tabla, y apagaron las luces y bajaron la persiana. Una de ellas se había informado de como se establecía ese ritual, y comenzó a intentar invocar algún ser, mientras fijaban sus dedos índices en el marcador. El marcador no se movió, pero surgió como un soplo de aire entorno a ellas, las llamas de las velas se tambaleaban, finalmente se apagó una, y después la otra, quedando en completa oscuridad. Se asustaron mucho y subieron la persiana, dando por concluída la sesión, no se atrevieron a seguir. Pero entonces una de ellas se dió cuenta y señaló la pared, donde todas pudieron comprobar como una silueta muy grande se deslizaba hasta salir del comedor, donde habían iniciado la sesión. Sin pensarlo dos veces se fueron de casa y tiraron el cartón donde habían dibujado la Ouija a la basura.
Días después, una noche que María se fue a dormir, justo antes de apagar la luz se fijó en una sombra al lado de la puerta, que parecía vigilarle. Se levantó y empezó a apartar lo que podía estar creando esa sombra, pero no consiguió que se cambiara esa silueta. Era la silueta de una mujer, de perfil, hasta se podía distinguir el busto. Se durmió intentando no darle vueltas, pero al día siguiente seguía ahí, seguía intentando apartar chaquetas, silla, en fin todo lo que pudiera estar creando la sombra y nada. Al final se lo dijo a sus padres y tampoco pudieron averiguar qué es lo que creaba esa sombra, pero ellos también la veían aunque su padre era bastante incrédulo con las cosas sin explicación. A veces la silueta cambiaba un poco el ángulo. Fue tal el miedo que al final empezó a dormir en otra habitación de la casa.
También otra cosa que les llamó la atención es el frío que hacía en la habitacion en la que hizo en su día la Ouija. Los padres no sabían que su hija realizó aquel maldito juego en su casa y se lo tomaron como algo normal del clima y empezaron a guardar en esa fría habitacion algunas bebidas o comidas para que estuvieran en un lugar fresco.
Otras cosas que sucedieron durante esa época aterradora para la niña fue el salir disparada hasta mitad del salón una cinta VHS mientras se grababa un programa de tv. Se encendía la tele y se subía el volumen a su antojo, desaparecían objetos que aparecían en sitios inexplicables, se oían pasos en el pasillo sin haber nadie más en casa, esto no solo lo oyó María, pues su hermana y su madre también pudieron comprobarlo . María, se despertó alguna noche en el sofá del salón sin saber cómo había llegado allí, cuando nunca había sido sonámbula. Al pasar el tiempo como suele pasar en estos casos, después de hacer algunas limpiezas residuales, al casi un año de repente la sombra desapareció, y estuvo la casa unos años en calma.
Pero ya siendo María mayor de edad, una noche, viendo una película con su novio, se levantó a la cocina para beber un vaso de agua. María sintió un escalofrío y un bajón muy grande, una negatividad que daban ganas de llorar, muy repentino y de golpe. Al salir de la cocina vió a un hombre con un sombrero, con cara amenazante que parecía que iba a avalanzarse sobre ella, pensó que había entrado un loco en casa o un ladrón, pero de repente desapareció como si nada. Le dió tal miedo que fue llorando aterrada hasta el salón donde le esperaba su novio para seguir viendo la película. Esa noche tampoco pudo dormir.
Ese señor con sombrero lo siguió viendo unas 4 veces durante unos años. Lo veía en la cocina o en la esquina del pasillo y no siempre de noche. Mientras tanto esporádicamente le sucedían cosas extrañas de nuevo, como que se encendiera la TV o la radio o encontrarse objetos fuera de sitio. La madre de una amiga suya le recomendó que pusiera un vaso de agua sobre un armario siempre en modo de ritual, esa mujer había pasado por cosas parecidas hace años y no faltaba ese vaso en su casa. María le hizo caso y no tardó en poner el vaso y las apariciones de ese hombre con sombrero dejaron de sucederse.
Pasaron años y María se presentaba a unas oposiciones. Su hermana le recomendó que fuera a una santera que conocía para que le diera suerte. La santera aparte de hacer un ritual para que aprobara el examen le dijo cosas sobre su pasado. Cosas normales que cualquiera podría decirle , pero hubo una cosa que le sorprendió de verdad. La santera le dijo: "Tu abuela falleció hace poco y me dice que estés tranquila que el hombre con sombrero que te causaba terror se lo ha llevado ella y que nunca más te molestará". Pero como sabía eso la santera?? Aquella mujer apenas tenía relación con su hermana, más que de ir allí, y lo del sombrero no había sido nombrado a nadie. A día de hoy María no ha vuelto a ver al hombre del sombrero ni le han sucedido cosas paranormales destacables.
Lo curioso de este caso es que una vez más aparece el personaje del hombre con sombrero que tanto se ha hablado en el mundo de lo paranormal. No se sabe quién era la mujer de aquella sombra en la habitación. El hombre quizás podría ser un antiguo vecino que según dice llevaba sombrero, y murió cuando María era muy pequeña, dicen que le hacía carantoñas cuando se la cruzaba en el patio de su finca, pero aquel rostro que ella veía no era nada amigable...
Y a ti? Se te ha aparecido alguna vez un hombre fantasmal con sombrero? Quien sabe, quizás se te aparezca esta noche tan especial. El trastero maldito os desea feliz Halloween y día de todos los santos.
