Entre los siglos XV y XIX la "Santa" Inquisición causaba estragos en la Europa cristiana. Hay muchas historias que contar sobre la inquisición, cada cual más macabra, pero en este artículo nos vamos a centrar en Valencia. Ya no es porque vivamos en Valencia, sino porque los valencianos fuimos los terceros clasificados en ser los más crueles, por detrás de Toledo y Sevilla (que lástima, nos ganaron por poco). A lo largo de estas líneas iremos recorriendo lugares en los cuáles hoy en día todo transcurre con normalidad, pero en aquellos años fue como el decorado de una película de terror.
Empecemos por donde se instalaron los inquisidores, cerca de las Cortes Valencianas, exactamente en la calle Novellos N14. Actualmente el edificio que nos encontramos no es el mismo en el que se instaló la sede. Al terminar esa época loca del cristianismo, ese lugar fue derruido y posteriormente en el mismo solar, construyeron el edificio que hay hoy en día. Pensar que en ese solar torturaron a miles de personas, algunas llegando a morir de dolor, causa escalofríos.
La inquisición valenciana, procesó a 3.661 sodomitas, de los cuáles unos 60 fueron ejecutados. Siendo 845 procesados por zoofilia, quemando a 13 de ellos. Condenadas 337 brujas y 12.000 judíos, a la muerte. Y también más de 700 homosexuales fueron torturados en galerías.Un día de 1625 Valencia batió el récord en un gran "auto de fe", llegando a quemar a 12 personas en la Plaza de la virgen ( situada en la misma calle que la sede inquisidora).
En aquella época debía de dar gusto pasear por esa plaza, donde exponían las cabezas de los decapitados como advertencia para los que pensaran en no seguir las pautas de la iglesia. Los autos de fe, fueron una delicia para los aburridos y crueles creyentes, que disfrutaban humillando a los condenados, que llevaban el San Benito mientras suplicaban aterrorizados por sobrevivir o tener una muerte digna. En la actualidad, la plaza se llena de turistas haciendo fotos, y en las fallas (Fiesta tradicional de Valencia) desfilan miles de falleras con sus flores para ofrendar a la virgen. Y lo hacen, (y nosotros también andamos por allí ), en el mismo lugar donde ardieron sin piedad una barbaridad de personas. Los gritos desesperados de los quemados rebotaban en los muros de la catedral.
La plaza del mercado, actualmente es muy transitada por alegres y borrachos turistas ( sobretodo antes del Coronavirus y al celebrarse las Fallas), ya que está situada entre la antigua lonja y el mercado central y otros sitios de interés. Lo que no saben los turistas ( o la mayoría), es que el suelo que están pisando tiene una energía negativa al haber sido escenario de numerosas hogueras humanas, y según dicen escenario de la famosa horca. Era el lugar donde ahorcaban a los procesados y los dejaban unos días colgados, como si de un jamón se tratara. El olor a muerto era muy común en esa zona.
Otro lugar donde el humo formaba parte del paisaje, era cerca del jardín botánico, en el Paseo de la pechina. Aquí estaba el crematorio de la Inquisición, donde acababan ardiendo muchos cuerpos sin vida para "purificarlos". Se dice que el crematorio estaba situado en la pechina de piedra que hay en el río Túria, en el paseo. Es allí donde dicen que quemaron el cuerpo del maestro Gaetà Ripoll, el último procesado en Valencia.
